lunes, 17 de noviembre de 2008

111.- De arduas horas nos llenamos y en el bar nos deleitamos
Es de mañana ya temprano cuando hombre poco santo su jornada comienza pues se es santo al acostarse y no al levantarse, apresurado esta, pues compromiso irremediable tiene, a una pareja ha de casar, con poco acierto se viste pues ni con el sombrero llega a dar, cual ave fenix ardiendo o angel descarriado a la sacristia consigue entrar antes de que las nunpcias comiencen sin sacerdote que bendiga tan gran sacrificio. Ya se puede dar la salida a la bendita pareja aun siendo bendecidos con tardanzas pues no se es nunca tarde para dar buenas nunpcias.
La celebracion transcurre sin incidencias y el hombre santo regresa a su casa pero antes en taberna bien aventurada decide entrar y de ambrosia o aguamiel dulce un trago ha de hechar pues dia duro ha sido este y con un parroquiano decide celebrar fin venturoso de jornada laboral.

1 comentario:

turo dijo...

es un relato que bien tenia que haber ganado