lunes, 17 de noviembre de 2008

117.- NERVIOS
Caminaba nervioso por la avenida, dejando el viejo puerto a mi izquierda. Una calle más. Otro semáforo. Mis uñas. Otra calle. Subo. Giro a la izquierda cerrando los ojos y me quedo inmóvil. Seguramente no habrá venido. No. Quizá si. Al final abro los ojos y allí está ella.
Camina hacia mí sonriente, tal como la recordaba, y siento que el tiempo retrocede. Entonces se me hace el mismo nudo en la garganta y mis nervios de desbocan. Intento disimularlo, pero sé que se ha dado cuenta. Lo sé. Sigo siendo el mismo. Sigue siendo la misma. Seguimos siendo los mismos.
El sol se cuela por aquella vieja calle en un lento atardecer mientras da paso a la noche. Y entonces, simplemente… sucede. Y aquel adolescente perdido en las escaleras del instituto, con un nudo en la garganta y los nervios en el estómago me mira sonriente desde 1999.

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