lunes, 24 de noviembre de 2008

133.- POBRE DIABLO
Era una tarde típica de invierno, un martes como otro cualquiera.Oí abrir la puerta. Seguí un rato con la faena y levanté la cabeza.
Sentado en la silla de la barra, empapado por el agua, estaba un chico joven de constitución fuerte y tez oscura (¡negroooooo!).
Entonces decidí adivinar y no preguntar…y me fui a poner en la cafetera un café con carácter.
Volví donde estaba el joven para servirle, cuando vi que su mirada estaba fija en un cuadro de la pared. Era una fotografía sobre una fachada de la calle donde se encuentra el bar. Me gusta porque dominan los colores fuertes; a mi, los naranjas me recordaban los amaneceres del desierto que conocí cuando era más joven…
Al volverme, una taza vacía era todo lo que me acompañaba.... ¡y un pensamiento me acompañó toda aquella tarde!: pobre diablo… ¡seguro que viene de allí!

No hay comentarios: