martes, 25 de noviembre de 2008

182.- Y YA NUNCA SE DETUVO
No, cuando empezó a llover yo era muy niña, no recuerdo nada del mundo árido. Mi madre dice que había moscas en el aire, y que el Sahara no era una selva. ¿Te imaginas? La vida sin lluvia, y el cielo todo azul, qué vértigo. Oye, te queda bien el paraguas. ¿A quién se le ocurrió lo del disfraz? Los he encontrado en casa de mi madre. Sí, antigua, de las de techo. Menos mal que dentro de poco la descapotan, porque cuando voy a visitarla es que me deshidrato. Venga, bébetela y vamos al carnaval. Que nos lo vean puesto un momento y luego nos lo quitamos, que necesito mojarme ya. Venga, salud. ¿El qué? ¿A la cerveza? Supongo que antes le echarían agua artificial, yo qué sé. ¡O a
palo seco, sí, qué horror! Menos mal, de verdad, que aquel día empezó a llover y ya nunca paró.

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