lunes, 17 de noviembre de 2008

112.- Sin título
Los vasos brillantes parecían esa puerta abierta que no se consigue franquear.
en los bares se está tan cerca ,los ojos en ese umbral, vuelan por encima de palabras y corrillos, acortando distancias.
Nos bebimos la euforia del encuentro, cuando solo quedó el limón adormilado en el vaso vacío, volviste a mirarme, sonreí. Pensé como sería el sol en tu duna.
Me invitaste a tu casa; necesito un poco más de cuento, te dije, hacer una tibia cama en mi cabeza. Para ti no era prisa sino urgencia.
Te posaste en mi pecho de verano.
-¿que tienes para mí?
-migajas de tiempo
-tengo mucho tiempo, me parecerá poco.
-solo quiero una pausa contigo, entre tanto ruido.
-no eres un lugar donde se pueda amar, tendría que irme. me moriré.
Me pediste un día entero, cuerpo a cuerpo.
Llenamos de nuevo los vasos. no escapamos. En silencio pensamos en el gozo.

No hay comentarios: