martes, 25 de noviembre de 2008

179.- EL RUBICÓN
Son las veinte horas de un domingo por la tarde, entro en un bar, el Rubicón por nombre vuelvo a leer al pasar, en la barra un hombre maduro,sin muchas palabras, con una sonrisa sobria, me sirve, sin hablar.
Observo al reservado barman, y no puedo por menos que sonreír al pensar que realmente parece un galo tal como nos lo pinta el mundo audiovisual. Una idea me ronda, pienso que al igual que César cruzó el río Rubicón, la frontera entre Italia y la provincia de la Galia Cisalpina, todos los que allí nos encontramos hemos cruzado nuestro particular umbral.
El barman me mira y allí me descubro, como él, sin poder dar un paso atrás, conscientes al igual que César que más difícil que vencer a los bravos galos es continuar con nuestras singulares batallas sabiendo que la suerte está echada y solo vale luchar.

No hay comentarios: