lunes, 17 de noviembre de 2008

123.- Sin título
Mojado, subiendo la cuesta que se dirige a la calle Sol noto como la lluvia se cuela por dentro de mi abrigo, recorre mi espalda y se pierde después en ella. El viento se ceba en mis manos golpeándolas suave, ininterrumpidamente. Mientras, miro al suelo, siguiendo mis pasos sobrela calle húmeda. Todo está OSCURO. Noto que me comienza a faltar el aliento. Al doblar la esquina mis pies, esta vez alegres, se encaminan hacia LA PUERTA VERDE con una pequeña y ya familiar bandera de la República. Franqueo el umbral. Inmediatamente me sorprende un agradable espacio de jazz, de humo, de tranquila y otras veces animada charla.
Bajo una cálida luz, el ambiente AMARILLO invita a sentarse. Es el Rubicón, ese lugar que sabe a palomitas, a sal y a pimienta. Que sabe a mojito y a buenos amigos. Ese bar de noches engañosamente tranquilas de domingos, martes, jueves…

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