martes, 25 de noviembre de 2008

192.- ENCUENTROS PROHIBIDOS EN EL CAFÉ
-¿Hablaste con ella? –le preguntó Sofía mientras se sentaba a su lado.
-No he sido capaz, lo siento –murmuró.
-¿Lo harás algún día? - preguntó ella con ojos tristes.
-No puedo hacerle daño, ni a ella ni a mis hijos, espero que lo comprendas.
-Llevamos así más de un año, y las esperanzas de poder estar contigo se desvanecen por momentos, estoy cansada de sufrir. Me dijiste que no eras feliz con ella y yo te creí…
-Lo siento Sofía pero…
-No, no digas nada –y acto seguido se levantó y con lágrimas en los ojos abandonó el café. Poco después él salió también, seguro de que no volvería a verla y aunque algo triste, aliviado al saber que nadie más sabía de aquellos encuentros.
Pero había alguien que cada tarde había sido testigo de todo. Esos vasos de cristal en los que ahora ahogarían sus penas por separado.

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