miércoles, 26 de noviembre de 2008

204.- Redención nocturna
La noche cae y el destello intruso no tarda en colarse por la ventana, el resplandor verdoso se posa, y la pared permisiva e inmutable, se tiñe. Desde la cama se intuye la silueta de un sapo, con apariencia de despertador metálico, y con el ruido de las saetas, respira, como si tuviera vida. La noche es tranquila, es verano, un día húmedo quizás. Distraída con la simple sombra, aguanta la misteriosa paz del bicho enzarzada con la mente. Se incorpora con ritmo cansado y resoplando; la puerta sonó. Ruido ciego de madera, como siempre dos rápidos y uno lento. Al recoger las llaves se asoma por la ventana, al fondo, la calle parece viva a pesar de la calma de la habitación, sonríe sin darse cuenta y sale rápida... el mimo verde desaparece por un momento... luego reaparece para quedarse hasta el amanecer.

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