domingo, 16 de noviembre de 2008

21.- AUSENCIA
Siempre estabas mas nunca estuviste. Tu presencia invisible era tu fría y gélida falta de presencia.Tus pantalones azules parecen caminar solos como una sábana blanca soltada al viento. Contigo aprendí lo que es “la nada” y me hice eterna amiga de la soledad. Siempre me hiciste sentir como encerrada entre cuatro paredes blancas sin forma ni textura. Sin nada que observar, que oír o que tocar, y en total ausencia de fantasías para poder huir en ellas. Cuando te vi de pie frente a esas cubetas vacías, azules y vacías igual que tú, supuse que inconscientemente te reflejabas en ellas. El incansable abismo que hay en el fondo galopando hacia tu interior, simplemente me deja sin habla. Y así nos convertimos en un par de ausentes, sentados uno al lado del otro, hasta que la naturaleza habla por sí misma y nos otorga la salvación.

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