lunes, 17 de noviembre de 2008

94.- LA INSULA DE LA LIBERTAD
Llevaba yo de polizón en aquel barco muchos años. Me conocía al dedillo todos sus recovecos, y poseía una llave maestra, que abría cualquier estancia . Podía obtener fácilmente comida y bebida, y un lugar para dormir tranquilamente sin miedo a ser descubierto. Era dueño de todo mi tiempo; sólo tenía que salir unos minutos durante la noche para conseguir alimentos.Tampoco me aburría, porque el barco disponía de una biblioteca que aumentaba en cada viaje. Tenía todo lo que podía desear, excepto la libertad. Un día vi una isla a lo lejos, que me podría dar lo que me faltaba, pero me quitaría lo que poseía. Y tuve que escoger. Pensé prolijamente para elegir entre la libertad de la isla o la seguridad del barco. Pero para cuando me decidí ya era tarde, mi bajel había dejado atrás aquella ínsula. Todavía hoy no sé si me alegro por eso.

No hay comentarios: