Vacía. Siento que mi vida está vacía, al igual que estas mesas y sillas. Sillas y mesas en las que parece no sentarse nadie mientras yo las esté vigilando, como si estuvieran ahuyentando a la gente de alguna forma, deseando compartir mi soledad. Una soledad que lleva acompañándome demasiado tiempo.Y el tiempo sigue pasando y continúo sin tener claro mi futuro. Un futuro incierto en el que sólo tengo clara una cosa: una norma. La norma que me prohíbe abandonar mi casa por motivos de salud. ¿Es la salud el problema de mi vida? En apariencia, sí; en el fondo, no. ¿Acaso no podría ser feliz bajo el techo de mi hogar? Sí, podría, si dejara de pensar en todo aquello de lo que he tenido queprescindir y me centrara en lo que sí que puedo hacer. Sólo así conseguiré obtener una vida plena. Llena.
domingo, 2 de noviembre de 2008
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