As, sota, siete…siempre jugando al solitario queriendo encontrar algo…buscando ganar. Pero, ¿qué es mejor ganar o perder?…No sé, es lo mismo…creo…con las dos algo se aprende, o así, lo creía Lucía.
Siempre jugaba creyendo que algo en su vida cambiaria…creía que el amor que Pablo sentía sería mayor, pero sólo si ganaba, si colocaba en su sitio los cuatro palos de la baraja…así como su vida…y entonces Pablo más la querría.
Pablo quería a Lucía más de lo que ella creía, cada vez que ella aparecía el corazón de Pablo latía, como el primer día…cuando se chocaron porque Pablo llegaba tarde a sus clases de balonmano…Pablo nunca podría olvidar su mirada, ni su olor, ni su melena…no, no podría olvidarla pues él la quería.
Y, mientras tanto, Lucía seguía jugando al solitario…
Pablo quería a Lucía más de lo que ella creía, cada vez que ella aparecía el corazón de Pablo latía, como el primer día…cuando se chocaron porque Pablo llegaba tarde a sus clases de balonmano…Pablo nunca podría olvidar su mirada, ni su olor, ni su melena…no, no podría olvidarla pues él la quería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario