domingo, 16 de noviembre de 2008

57.- GRAN CENTRO COMERCIAL
Desde que abrió el GRAN CENTRO COMERCIAL las personas de la calle Sol nunca volvieron a ser las mismas. Mi perro fue el primero en detectar la vibración. Creo que debieron introducir la máquina por la noche y la pusieron en funcionamiento el día de la inauguración, pero antes realizaron pruebas experimentales y fue entonces cuando Bubo sintió esas extrañas vibraciones. Gracias a él nunca llegué a traspasar las puertas del GRAN CENTRO COMERCIAL y pude mantenerme inmune. Mi sentido de la responsabilidad me obligó a buscar un antídoto, algo que frenase la voracidad consumista de mis vecinos, así que los convoqué en el Dolmen para buscar entre todos una solución. Pero fue Bubo quien nos inspiró acercándose con una vieja granada de mano en el hocico. Creo que en el Rubicón se ha iniciado una colecta para la dinamita. Los del Urban pretenden encender la mecha.

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