92.- VOLVER
Un velero bergantín, la devolvia a su tierra tras 50 años en Argentina intentando hacer fortuna. Con 75 años, casada 3 veces, solo la acompañaban 3 baules, uno por marido, con un destino, Santander. No dejaba amigos ni familia, no la esperaban amigos ni familia, solo las raices poderosas de la tierra que te ve nacer, la tierra que se deja por necesidad y a la que se regresa por gratitud. Se iba a alojar en un hotel con vistas y alli pasaria su vida hasta que llegara su momento, llegó a la habitación, depositó una generosa propina a los chicos que subieron su vida bajo llave y cerró la puerta, descorrió las cortinas y se sentó frente al mar, su mar, encendió un cigarrillo y entre el humo vio como aparecian las primeras luces sobre el horizonte y lloró en silencio, ya estaba en casa.
Un velero bergantín, la devolvia a su tierra tras 50 años en Argentina intentando hacer fortuna. Con 75 años, casada 3 veces, solo la acompañaban 3 baules, uno por marido, con un destino, Santander. No dejaba amigos ni familia, no la esperaban amigos ni familia, solo las raices poderosas de la tierra que te ve nacer, la tierra que se deja por necesidad y a la que se regresa por gratitud. Se iba a alojar en un hotel con vistas y alli pasaria su vida hasta que llegara su momento, llegó a la habitación, depositó una generosa propina a los chicos que subieron su vida bajo llave y cerró la puerta, descorrió las cortinas y se sentó frente al mar, su mar, encendió un cigarrillo y entre el humo vio como aparecian las primeras luces sobre el horizonte y lloró en silencio, ya estaba en casa.
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