-Esta desnuda la calle del Sol, desabrigada, la moja la lluvia, la bate el viento, la hiere la luz envenenada de las farolas, la aplastan los coches, la mean los perros; se muere, si no hacemos algo se muere, de verdad que se muere-
Las palabras de Lola me las llevé a casa. “Se muere la calle” repetí y repetí en la cama, no pude dormir, quizá por estar muy puesto, y no me hace ni puto caso. Al despertar lo primero que hice fue llamar a Pepe:
-¡Oye! Que se muere la calle, sí, sí, que la mean los perros, que la hiere la luz envenenada... ¡Que se muere joder! ¡Hay que hacer algo!-
Pepe pasó de mí y, aquí estoy, en medio de la calle haciendo el boca a boca en una esquina: Oiga, que se muere esta calle, hay que hacer algo, córralo por ahí por favor-
Las palabras de Lola me las llevé a casa. “Se muere la calle” repetí y repetí en la cama, no pude dormir, quizá por estar muy puesto, y no me hace ni puto caso. Al despertar lo primero que hice fue llamar a Pepe:
-¡Oye! Que se muere la calle, sí, sí, que la mean los perros, que la hiere la luz envenenada... ¡Que se muere joder! ¡Hay que hacer algo!-
Pepe pasó de mí y, aquí estoy, en medio de la calle haciendo el boca a boca en una esquina: Oiga, que se muere esta calle, hay que hacer algo, córralo por ahí por favor-
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