domingo, 16 de noviembre de 2008

47.- VIEJOS TIEMPOS
“Por los viejos tiempos” –dijo Fabio entrechocando la jarra con su antiguo camarada. Pensó en la novia que le había robado y se le agrietó el alma. El bar seguía como lo recordaba. La mesa del rincón dónde la baraja había decidido que marchara, todavía debía guardar la muesca hecha a navaja. La vida no le había tratado demasiado mal. Ni las arrugas ni las canas daban muestra de ello, pero por dentro, ni un solo segundo había dudado que volvería. Y allí estaba, frente a Ponti, intentando disolver el nudo de la garganta. Le dio dos palmadas en la espalda, echó una gota de veneno y pensó que el pasado debía quedar atrás. Se dijeron “Salud” y bebieron. Ponti cayó fulminado. “Un infarto”-dijeron. Fabio, que acababa de ajustar cuentas, sonreía como si se hubiera arrancado años de la piel. “Por los nuevos” –y terminó de apurar su copa.

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