52.- CHARLANDO BAJO LA LLUVIA
Sesenta y siete años no significan nada. Así era y así sigue siendo ella. Vibrante, vital. Impulsiva y aventurera. Sólo ella podía convertir un Martes gris y lluvioso en toda una experiencia que atesoraré el resto de mi vida. Siempre te recordaré así, madre, chispeante, tomando una cerveza bajo un incesante aguacero en la calle del Sol, cubierta con tu paraguas, transformando una tarde mediocre en una memoria feliz, a la que volveré una y otra vez con los ojos velados de nostalgia.
Sesenta y siete años no significan nada. Así era y así sigue siendo ella. Vibrante, vital. Impulsiva y aventurera. Sólo ella podía convertir un Martes gris y lluvioso en toda una experiencia que atesoraré el resto de mi vida. Siempre te recordaré así, madre, chispeante, tomando una cerveza bajo un incesante aguacero en la calle del Sol, cubierta con tu paraguas, transformando una tarde mediocre en una memoria feliz, a la que volveré una y otra vez con los ojos velados de nostalgia.
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