domingo, 16 de noviembre de 2008

63.- Whisky y harapos
Manchas de sangre en un cigarro que aún se consume lentamente, mientras sus labios cortados por el frío apuran los últimos brillos del cristal de una copa de whisky. Alrededor, solo humo y conversaciones vacías violadas por el sonido roto de una fichas de dominó.
Un cenicero de compañero, mientras el vaso se convierte en mar por el deshielo de sus polos. Océano que no emborracha, pero que ayuda a soportar las palabras sordas de aquellos que hablan de nada a su alrededor.
Una mesa coja queda desnuda cuando ella se levanta y arrastra sus zapatos silenciosos por el bar, sin llamar la atención para que nadie pueda ver sus ropas de trapo. No se avergüenza de su imagen, pero teme las miradas de asco y compasión que se clavan en su nuca como si fueran el gélido acero de un estoque.
Tarde lluviosa, alcoba de cartón mojada. Otra vez.

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